Resiliencia y Terapia Vital

Hace unos días hablaba con unos amigos sobre la Resiliencia, esa capacidad que tenemos las personas para superar circunstancias traumáticas (la muerte de un ser querido, un fracaso profesional, un accidente, etc), de sobreponernos a momentos críticos y adaptarnos luego de experimentar alguna situación inusual e inesperada, y comentábamos la importancia que la Resiliencia tiene en el día a día de cada persona.

Enseguida me vino a la cabeza la relación de este concepto con la Terapia Vital y su creador Antonio Bolinches, un modelo humanista de intervención terapéutica poco conocido pero muy útil para resolver muchos de nuestros problemas psicológicos, positivándolos malos momentos que nos ocurren en la vida, de los que andamos sobrados, para convertirlos en un aprendizaje vital que nos ayuda a madurar y a fortalecernos psicológicamente.

La Terapia Vital se caracteriza por tres ideas – fuerza

La primera, es que lo que nos ayuda a progresar como personas son los malos momentos bien asimilados. La segunda, es que cada individuo puede convertirse en terapeuta de sí mismo a través de un diálogo interior que le ayude a desarrollar su mejor parte. Y la tercera, es que cuanto más participe la persona en su propio proceso de superación personal mayor seguridad alcanzará y mayor será su grado de madurez.

Si estamos dispuestos a aprender de nuestros errores y estamos de acuerdo en que, en la vida, los buenos momentos son para disfrutar y los malos pueden ser para aprender de ellos, podemos pensar que si una persona aprende de los malos momentos madura y si no lo hace se neurotiza. Es muy importante sacar una lección positiva de las experiencias negativas … y ahí está el mérito.

“Las personas podemos empezar a ser seguras a los 40 años, maduras a los 50 y sabias a los 60 … por que necesitamos pasar malos momentos, sufrir y aprender de ese sufrimiento”. Esos malos momentos se asimilan bien cuando somos capaces de procesarlos en clave de sufrimiento productivo. Se puede definir el sufrimiento productivo como “una forma de sufrir que por sufrir de esa manera dejas de sufrir porque aprendes de lo que sufres”.

Decálogo para comprender y aplicar la Terapia Vital

  1. Tú y yo somos seis. Todos tenemos un padre, un adulto y un niño dentro de nosotros. Conciliando las tres partes de mí podré entenderme con las tres partes de ti.
  2. Convierte tu mejor parte en tu mayor parte. Mejorarse no es hacerse distinto sino hacerse mejor.
  3. Cada cual puede ser el mejor maestro de sí mismo. Cuando desarrollas tus virtudes moderas tus defectos.
  4. Criticar a los otros no nos mejora a nosotros. La mejor crítica es la autocrítica.
  5. No hay crecimiento sin sufrimiento. Para poder crecer hay que saber sufrir.
  6. En la escuela de la vida la gran maestra es la herida. Los buenos momentos son para disfrutarlos y los malos para aprender.
  7. Aprende de tus errores y no cometerás otros mayores. Asumir el riesgo del fracaso ayuda a dar el siguiente paso.
  8. Vivir es arriesgarse, caer y levantarse. El error nos hace caer, pero el aprendizaje nos levanta.
  9. La inmadurez es una etapa inevitable y la madurez su evolución deseable. Cuando haces lo que debes te conviertes en quien quieres
  10. El tiempo todo lo cura…si la persona madura. Madurar es saber transformar las vivencias en experiencias gracias al diálogo interior y al sufrimiento productivo.